Tuve la oportunidad de recorrer este hermoso lugar en Enero, en mis vacaciones de verano rumbo a Chile en auto. El Cerro Siete Colores es una formación natural de la pre-cordillera. A 8 km del centro de Uspallata, se accede a través de un camino de ripio. El mismo sale directamente en forma contraria a la Ruta 7 cuando se realiza una curva de 90°, hacia la izquierda (a la izquiera está el ACA y a la derecha la oficina de Turismo). Se transita por una avenida muy ancha y asfaltada, pero pronto comienza el ripio. Por momentos el camino se pierde, y se transita por un cauce seco.
Es un lugar poco promocionado. Nosotros accedimos a él casi de casualidad, la intención original era realizar el camino «Los caracoles de Villavicencio», pero un alud motivó el cierre de la ruta de las «365» curvas.
En el Cerro de los Siete colores, los minerales se alinean en franjas rojizas, púrpuras, amarillentas, verdes, que cambian según la luz del día. Algunos guanacos, cóndores y zorros pueden ser vistos
Si bien el camino no es una maravilla, se puede recorrer con cuidado en vehículos normales. En este viaje, llegamos en un Ford Fiesta. Hay poca señalización, nos costó bastante encontrar el camino, pero como le indicaba un cómico a un taxista alguna vez… es TODO DERECHO!!!
Circulando despacio y parando para disfrutar el paisaje, se puede recorrer en menos de 2 horas. Hay que tener mucho cuidado porque el camino comienza lentamente a transformarse en huella. Algunos turistas paran sus vehículos sobre la misma, y si esto ocurre tras una curva cerrada, puede sorprendernos y provocar un accidente.
No lo considero un lugar para ir exclusivamente, pero como sólo hay que desviarse 8 km de la ruta, es un paisaje digno para contemplar.